domingo, 20 de diciembre de 2020

Susanadas 2020

 


Pues bien, termina 2020 y con este desarrollo de la ciencia que es una barbaridad, las mágicas creaciones del big data ya estarán programando una selección de mis tuits del año. Como no tengo confianza en los robots, mejor hago la propia.

Proemio

En la película México de mis Recuerdos me hicieron uglywashing con don Joaquín Pardavé.

En mis tiempos todas las películas eran subtituladas. Hasta las mexicanas.
Tiempos de cine mudo.

Los caballeros somos como los reptiles. No tenemos memoria.

Sabes que estás hablando con un físico-matemático cuando le dices “la ecuación de Euler” y te corrige: “Se pronuncia Oiler”

Una cosa que no entiendo, amigos tuiteros: Si todas sus mamás son tan a todo dar, ¿por qué tantos de ustedes son así?

¿Cómo quieren hacer cucuruchos, si ya ni compran el periódico?

Yo digo que “exquisitez de la pequeña burguesía” es un oxímoron.

El mar es superior al río, que ni qué. Pero el río es parmenidiano, y eso un filósofo lo debe apreciar.

Reflexiones pandémicas

Yo la primera vez que vi un difuntito imaginaba que sería una experiencia fea. Resultó peor. Pero pasan 150 años y uno no aprende. Imaginé que el video de Cielito Lindo era horrible y lo vi. Resultó peor que ver al difuntito aquel. Hasta hay un tarado que echa porras desde Miami.

Si Thomas Mann fuera contemporáneo, podría escribir ahora Muerte en Venecia, sólo que al profesor Aschenbach le da el coronavirus.

Veo que Xavier Villaurrutia es TT y lo primero que me digo es “¡Dios mío, ya le dio coronavirus!”. Un segundo después me acuerdo que el excelso poeta se entregó a la muerte hace casi 70 años.

Cada quien tiene sus novelas relacionadas con la situación que vivimos. Yo tengo dos. El Sol Desnudo, de Isaac Asimov. Narciso y Goldmundo, de Hermann Hesse. Van microsinopsis:
El Sol Desnudo. Una parte de la humanidad vive hacinada en la tierra. Unos pocos viven en el planeta Solaria, cada quien solo en su casa, y rehúyen el contacto físico. Socializan en videoconferencias. Pasa algo inaudito. Hay un asesinato en Solaria. De la Tierra va un detective...
Narciso y Goldmundo. En la Edad Media dos amigos siguen caminos divergentes. Narciso se hace monje y Goldmundo da un periplo por varias ciudades y mujeres. Llega la Peste Negra...

¿Quieren tener miedo en estos dias de pandemia? Lean UBIK, de Philip K. Dick. En algún momento se preguntarán si están entre los semivivos.

¿A quién le vino como anillo al dedo la epidemia de influenza de 1918? A la familia de don Eusebio Gayosso, que yo sepa.

Pide don Gromit que describa marzo de 2020 en un lenguaje de vinos.
Respondo: Largo, avinagrado, con corcho enfermo, picado, sin cuerpo, astringente. En resumen, un mal caldo, impropio para la mesa, marranilla vil.

Ahora nos la pasamos viendo mapas de la expansión del coronavirus como hace 80 años nos la pasábamos viendo mapas de los frentes de batalla en la II Guerra Mundial.
Igualmente, como entonces, nos pasamos un montón de tiempo discutiendo en vano estrategias.
Si hubiera existido Tuita durante la II Guerra Mundial, no hubiera faltado el tuitero con la frase: “Ahora resulta que son todos estrategas militares”.



Al inicio de la cuarentena, tenía mi bigote así bien elegantioso, como el de Felipe Ángeles. Ahora es una combinación del bigote de don Yves Limantour con el de Genovevo de la O.
Quelle horreur!

En ese universo paralelo el tiempo corre al revés. Así que, tras salir de la pandemia, votaremos por EPN. No tenemos remedio.

Toso, “cof cof cof” y Siri me da la dirección del Costco.

En “Hot Sale” me ofrecen un plan funerario básico a meses sin intereses. Qué lindos.

Salir de marcha en plena pandemia es una Guerra del Cerdo soterrada. Averígüelo Freud. En América Latina, en cambio, el asunto terminó volviéndose de clase. Como siempre.

Manus tuam lava! 
Faicem non tangere! 
Sternumentum movet ad cubitus!

Un sueño
Soñé que don Gil Gamés y un servidor éramos agentes de un Ministerio del Tiempo mexicano, viajábamos a 1902 y nos registrábamos en el hotel Gillow. La misión, reclutar a don Peter Gay y enseñarlo a usar la computadora que le traíamos, en discreta bolsa de cuero.
 
En la segunda parte del sueño, don Gilga y yo estábamos de regreso en 2020, en Av. Mariano Escobedo,. Los taxis eran todos de marca Fiat. Quién sabe qué hizo Peter Gay que cambió todo. Claro, los taxistas, como en todo bucle del tiempo, se hacían pato y no nos querían llevar.

Don Andrés Manuel y lo que nos toca vivir (FRENAA incluido)

Trapiche mata acelerador de partículas.

Yo les dije que iba a tomar esta carretera y ustedes votaron mayoritariamente que sí. Ahora está diluviando y hay fuertes deslaves. No importa. Voy derecho y no me quito.

El verdadero drama de este país es que es anumérico. El Presidente es sólo un ejemplo.

Los mexicanos del siglo XIX tampoco entendíamos la historia de México en el siglo XIX. 
Nada nuevo bajo el sol.

El niño gritó: “El Rey está desnudo” De inmediato, lacayos y ministreles de la corte sacaron los hashtags: #ReyElegante #ReyNoEstásSolo #NiñoSicario

¿Cuál echeleganismo les gusta más, el de los autollamados libertarios o el del decálogo de López Obrador? Porque los dos son echeleganismos, digo yo.

Si los de Vox lo hicieron en España, y los trumpistas en Michigan, ¿por qué en México no podía haber una manifestación en coches? ¿Y por qué no poner consignas igual de idiotas en sus cartulinas?

“Detente”. Los cristeros usaban escapularios que decían “detente bala”. No les funcionó.

Lo de las estampitas milagrosas de AMLO me recordó el cuento “El cenzontle y la vereda”, de Francisco Rojas González. Los indígenas tienen paludismo, el antropólogo les da pastillas de quinina. Con ellas hacen collares para que el mal le tenga miedo a las piedras mágicas.


No da apoyos a trabajadores que perdieron el empleo.
Está casado con el superávit fiscal y odia los impuestos.
Recorta el gasto público.
A cada rato habla de moral y de espiritualidad.
Persigue a migrantes.
Trump lo elogia…
…y todavía le dicen comunista.

El Presidente critica el gusto por las comidas “exóticas”.
Exótico, echarle salsa verde a un Pollo Kiev, como cierto comensal que conozco.

Me perdonarán, pero para paladar colonizado, el de mis tiempos. Foie gras, coq au vin, quiche lorraine, vichyssoise, tarte tatin... eso era colonización elegante, no como las vulgares hamburguesas, pizzas hawaianas, aros de cebolla y brownies de los modernos.
Claro, a menos de que a las brownies se vuelvan elegantes cuando se le agregue algún ingrediente de la sierra del noroeste.

La fiscal capitalina ha hecho una definición muy buena de este gobierno: el giro de 365 grados. Una vueltotota para un cambio chiquititito.

Sesquipedalismo

Cita don Héctor Orestes Aguilar a Karl Kraus:
“Emplear palabras inusuales es un acto de mala educación literaria. Sólo las dificultades de una idea deben ser tropiezo para el lector”.
Respondo:
Elevo mi carquesio rebosante en prez de este apotegma, tósigo deletéreo para el sesquipedalismo fatuo.
 
Vida deportiva

Redescubro que ver beisbol tiene los mismos efectos en mí que una droga ligera. Miro dos innings y ya estoy bien a gusto, muy acá, relax. 

Hay necaxistas, como don José Woldenberg y don Gil Gamés, que presumen ser una minoría ínfima y civilizado, a diferencia de otras aficiones.
Para ellos, un amable recordatorio: los necaxistas son los únicos en destruir completamente un estadio. El Asturias, que quemaron en 1939.
Don Fernando Marcos, el joven árbitro de aquel encuentro, me reiteró que el penalti marcado contra el Necaxa fue justo, y no tenía nada qué ver que él hubiera jugado años antes con el Asturias. El caso es que ese día el Necaxa perdió el,campeonato y el Asturias, su estadio.
El problema del arbitraje de don Fer, dicen los que asistieron, fue que permitió el juego brusco, especialmente los patadones sobre el ídolo Horacio Casarín.
Si hubiera sido de amonestación rápida, como Chiquimarco...


Hoy practiqué curling de verano (vulgo: trapear).

Desde 1984 que una Ferrari no estaba entre los primeros 10 del circuito de Monza.
En 1984 no compré ningún auto Ferrari. Este año tampoco lo haré.

 

La opinión pública

En la mañana me asomé un ratito a Tuita. El ánimo estaba oscuro oscuro, por el asesinato del gobernador Sandoval.
De repente se hizo la luz y fue casi cegadora: Checo Pérez había firmado con Red Bull. Fue así, de sopetazo. De oscuridad profunda a luz deslumbrante en un minuto.
El ánimo público.

S.P.Q.R


Qué significa S.P.Q.R?

Sono Porci Questi Romani

 Y esto es lo que escribió el más grande poeta en dialecto romanaccio, Gioacchino Belli: Quell’esse, pe, ccú, erre, inarberate
sur portone de guasi oggni palazzo,
quelle sò cquattro lettere der cazzo,
che nun vonno dí ggnente, compitate.
 
 
M’aricordo però cche dda regazzo,
cuanno leggevo a fforza de frustate,
me le trovavo sempre appiccicate
drent’in dell’abbeccé ttutte in un mazzo.
 
Un giorno arfine me te venne l’estro
 de dimannanne un po’ la spiegazzione
 a ddon Furgenzio ch’era er mi’ maestro.
 
Ecco che mm’arispose don Furgenzio:
«Ste lettre vonno dí, ssor zomarone,
Soli preti qui rreggneno: e ssilenzio».
 
 
Esas ese, pe, cu, erre, enarboladas en el portón de casi cada edificio esas son cuatro letras de la verga que no quieren decir nada, deletreadas.
Recuerdo, sin embargo, que de muchacho cuando leía a fuerza de latigazos me las encontraba siempre pegadas dentro del abecedario todas en un ramo.
Un día, finalmente, me vino el celo de pedir un poco la explicación a don Fulgencio que era mi maestro
He aquí lo que me respondió don Fulgencio: "Estas letras quieren decir, señor burrazo, Solo Curas Aquí Reinan: y silencio"
 
Leduquiana
La mosca en la cabeza de Pence sí tenía de la mosca la voluntad tenaz.



De libros salvajes
Empiezo a leer un libro que llevaba años en mi biblioteca. Está bueno. Reviso la fecha de edición: 1981. Me quedo con la impresión de que el libro se esperó casi 40 años a que yo tuviera capacidad para disfrutarlo. Y entonces, sin que yo me percatara, dijo: “¡Tómame!”.

Sobre el General Salvador Cienfuegos opino que tiene nombre de personaje de García Márquez.

Elogio de los bailarines

Tengo un conocido que tenía un padre exigentísimo. Él tenía excelentes calificaciones, pero el padre le dijo: -Si no haces deporte, no eres un hombre completo. El cuate intentó con el basquetbol, pero era malísimo. La verdad no le gustaba hacer deporte. Y que un amigo le dice...
-¿Por qué no intentas con el baile, que también es ejercicio? Y se mete a clases de baile. Un año después, en una fiesta, saca a bailar a una muchacha. Tras la primera pieza, ella le pide otra y otra. Al rato, había cola de chicas que querían bailar con él.
A partir de ese momento, supo que jamás tendría problemas para ligar. Y eso que era feo.
Moraleja, caballeros: aprendan a bailar.
 
Nada como una película de Fred Astaire para salirse mentalmente de estos días deprimentes.
Astaire era feo, chaparro y un mal actor con una bonita sonrisa. Pero bailaba como los dioses. Uno está esos bailes, esas coreografías y de repente descubre que trae una sonrisa idiota en la cara.
 
Obituarios varios
Leo que murió Jïri Menzel, un señor que le enseñó a toda una generación los problemas existenciales que causa la ejaculatio præcox, en el clásico “Los trenes rigurosamente vigilados”.
Para los jóvenes que en estos tiempos tengan el problema del personaje, el consejo del doctor en la película (actuado por el propio Menzel): “En ese momento, piensa en el futbol “.
 
Pienso en el Loco Valdés y me lo imagino en la cama, cantándole el Médico Brujo a una Verónica Castro divertidísima y buscando a ver si Colofox no se le había escondido en la oreja a la actriz. Descanse en paz.
 
Este señor es tan población de riesgo que tuvo sueños húmedos con Diana Rigg. Descanse en paz, señora Peel.
 
Las palabras perdieron a un gran compañero de juegos. Nosotros, a un gran humorista.
Adios, Marcos Mundstock

Cuando el creyente Bergman le apostó al ateo Von Sydow que se verían en la vida después de la muerte, llevaba ventaja. Si tenía razón, hoy está cobrando. Si no la tenía, ninguno se enteró.

Me entero que falleció Sir Sterling Moss, quien era algo así como el Cruz Azul de la Fórmula Uno, siempre detrás de Fangio o de Brabham. Gran piloto, descanse en paz
 
 
Epílogo
En la vida, todos somos el Cruz Azul. Podemos tener una gran campaña, pero en la liguilla, en el último minuto, vamos a cruzazulear. Ese día la muerte ganará la partida.


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