martes, 8 de julio de 2014

El Atentado de Sarajevo


Hace pocos días se cumplió un siglo de un atentado loco y mal planeado que tuvo consecuencias inimaginables: cambió el mundo profundamente, a costa de millones de muertes. Me refiero, por supuesto, al atentado de Sarajevo, que acabó con la vida del Archiduque Francisco Fernando, con la de su esposa y con la paz en Europa.

El Imperio Austro-Húngaro
Para entender el contexto hay que recordar que en Bosnia conviven croatas católicos, serbios ortodoxos y bosnios musulmanes. Un polvorín histórico. Bosnia era parte del Imperio Austro-Húngaro, pero eso tenía muy molestos a los serbios, tanto locales como de Belgrado, y también a los rusos. El Imperio Austro-Húngaro era un paisote: Chequia, Eslovaquia, Austria, Hungría, Bulgaria, Rumania, Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina… También parte de lo que hoy es Polonia, parte de Serbia y parte de Montenegro y varias provincias italianas eran parte de este imperio.

Como quien dice, si hubiera habido Mundial de Futbol en 1910, la selección de Austria-Hungría hubiera sido una segura candidata al título.

Los emperadores eran de la familia de los Habsburgo; mismos que nosotros conocimos y fusilamos en México.

A finales del siglo XIX y principios del XX había un montón de organizaciones políticas violentas de todo tipo: desde anarquistas hasta nacionalistas extremos. Precisamente fueron unos serbios irredentistas, movidos por el nacionalismo –y por los servicios secretos de Belgrado y Moscú- quienes armaron el atentado.

Sello de La Mano Negra
Era un grupo de exaltados que se hacían llamar “La Mano Negra”, casi todos eran jóvenes, y los dirigía un empleado bancario. “La Mano Negra” tenía contactos con grupos extremistas dentro del ejército serbio, que habían logrado un exitoso golpe de Estado en 1903.

El grupúsculo decidió cometer un asesinato que, a su ver, despertaría la conciencia de los patriotas serbobosnios: contra el heredero a la corona.

Sofía Chotek y Franz Ferdinand
El Archiduque Franz Ferdinand visitó Sarajevo, la capital bosnia, el 28 de junio de 1914, para inspeccionar unas maniobras militares.  En realidad, también hacía el peligroso viaje (sabía que lo era) para poner estar con su esposa Sofía, porque su matrimonio era morganático. Un matrimonio morganático es el que se da entre un noble y una plebeya, y ésta no recibe rango ni la descendencia puede heredar el trono.  Lo que quería Francisco Fernando era aparecer en público con Sofía, lo que podía hacer si no iba en calidad de príncipe, sino de general.

Hubo quien decía, tras el asesinato, que Franz Ferdinand murió por amor. Suena bonito, pero sobre todo suena cursi. No fue al cadalso a sabiendas.

El grupo de jóvenes terroristas que esperaban asesinar a Franz Ferdinand eran tan exaltados como torpes. Su plan nunca funcionó. Veamos.

Se escogió a puros muchachos menores de 20 años. ¿La razón? Como no eran considerados adultos, no se les podría condenar a muerte. Contradictoriamente, a cada uno le dieron una cápsula de cianuro para que se suicidara en caso de ser atrapado.

Colocaron a seis terroristas seis en la ruta esperada de la comitiva donde iban seis autos. En medio, un Gräf & Stift, donde iba la pareja-objetivo. Los dos primeros jóvenes no tuvieron los arrestos (o tuvieron los pruritos) para lanzar las bombas que habían preparado al paso de los carros.

El tercero, Nedeljko Čabrinović, sí lanzó la bomba, pero rebotó (algunos dicen que en la capota; otros, que Franz Ferdinand la vio y la voleó). Del rebote, el artefacto pegó al siguiente carro de la comitiva, dejando una parcial carnicería: 20 heridos, algunos de gravedad. El joven, entonces, tragó la cápsula de cianuro que tenía para el caso y se tiró al río que corría junto a la avenida.

El río Miljacka a su paso por Sarajevo
Quien ha estado en Sarajevo se sorprende al ver el río Miljacka, que imaginaba ancho por su importancia histórica: es como de dos carriles. Y para colmo, es un río que se puede pasar caminando, con el agua debajo de las rodillas. Čabrinović, obvio es decirlo, no se ahogó. Y el cianuro tampoco funcionó. Le pusieron una tranquiza y lo detuvieron.

Ya nos vamos dando cuenta de lo tarados que eran estos muchachos de La Mano Negra.

Digo yo, tirarse al agua a una profundidad de 12 centímetros y esperar ahogarse. Se necesita ser tarado.

Tras el fallido ataque, la comitiva aceleró el paso. Esto impidió a otros tres terroristas –Gavrilo Princip, entre ellos- que actuaran contra el archiduque.
Sus últimos minutos

En la comida que siguió, Francisco Fernando se quejó de que Sarajevo lo hubiera recibido a bombazos, y se cambió la agenda de la visita.

A continuación, el Archiduque y Sofía irían a visitar a los heridos al hospital, en comitiva. Pero, cosas del destino, el chofer equivocó la ruta. Cuando el chofer se dio cuenta, dobló, a la altura de uno de los puentes que cruza el río. Y en la maniobra, el auto se paró.

Gavrilo Princip, en tanto, había ido a comprar comida tras fallar en el atentado. Volteó y vio que  la providencia le había puesto al Archiduque a tiro. El adolescente salió de la tienda, tomó su revólver y le disparó a Franz Ferdinand de una distancia cercana. Le dio en la yugular. El siguiente disparo del serbiobosnio dio en el abdomen de Sofía, que se había abalanzado de manera instintiva sobre su marido desfalleciente.

El auto salió veloz rumbo al hospital. Sofía murió antes de que llegara. Francisco Fernando, diez minutos después.

El puente del atentado se llamaba, en tiempos de Yugoslavia, Gavrilo Princip, en honor del asesino. Ahora le dicen “Puente Latino”.

El arresto de Gavrilo Princip
Princip  fue arrestado de inmediato –le pusieron una buena felpa- y todos los demás miembros de la conspiración fueron capturados poco después. Los adultos le echaron la culpa a los menores, como previsto. El fallo terminó con tres adultos ahorcados y otros 17 detenidos condenados a largas penas de prisión.

A Princip y Čabrinović les dieron 20 años de condena. Murieron en la cárcel, de tuberculosis y desnutrición. El primero duró tres años; el segundo, sólo año y medio.

Austria-Hungría exigió al Reino de Serbia una investigación, pues sospechaba que los servicios secretos estaban detrás del atentado. Investigaciones históricas posteriores nos dicen que Austria-Hungría no andaba desencaminada. Serbia estaba metida hasta el tuétano.

Serbia se hizo pato y amarró su alianza militar con Rusia, Austria-Hungría hizo lo propio con Alemania y un mes después invadió Serbia.

El joven terrorista
A los pocos meses aquella era una matazón de todos contra todos, de esas que les gustaban mucho a los europeos en el Siglo XX

Así, unos nacionalistas locos dieron el pretexto para que estallara la I Guerra Mundial, que costó más de 10 millones de muertos. Franz Ferdinand y Sofía fueron sólo los primeros asesinados. Gavrilo Princip fue sólo el primer asesino.







El Puente Latino de Sarajevo (Puente Gavrilo Princip)



1 comentario:

  1. Me parece muy interesante. Me pregunto qué impulsaba a los jóvenes anarquistas de esa época para comprometer su vida de ese modo. En la novela Los Demonios de Dostoievski, Piotr Verjovinsky, encarna un oscuro personaje cuya inteligencia para el mal le permitía manipular este tipo de adolescentes.

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